¿Mi segundo instrumento musical?

A un instrumento para principiante le pedimos dar notas afinadas y que sus características físicas permitan educar correctamente los músculos y el cerebro al ejecutar una determinada rutina. Pero para una buena interpretación de la música hacen falta otras cosas. En primer lugar la riqueza de armónicos capaz de generar este instrumento. Cuando en un buen instrumento damos una nota, se reproduce esta, mas la suma de otras muchas señales sonoras generadas por simpatía y por oscilaciones de cajas acústicas proporcionales a la señal principal y que se llaman armónicos. La suma de todo esto da un timbre o sonoridad especifica al instrumento. También el músico tiene la posibilidad de cambiar estos timbres dependiendo de la forma de tocar un instrumento. En segundo lugar está la capacidad del instrumento de trasmitir una intención con matices marcados de una interpretación. Esto quiere decir que el instrumento tiene una dinámica tal que le permita reproducir múltiples sonidos con igual fidelidad independientemente de la intensidad con que se ejecuten. Cuando el estudiante note la incapacidad de su instrumento de hacer estas dos cosas o al menos hacerlas mejor, es que ha llegado el momento de cambiar para otro de más calidad.